Fuiste a
ese restaurante que tanto te gusta ilusionado por comer ese plato con el que
soñabas. Te deleitaste en la cena con esa explosión de sabores en tu paladar.
Llegaste a casa aun saboreando esa rica comida, pero al pasar las horas algo
sucede en tu estomago...no te sientes bien, te duele, sudas y finalmente terminas
en el baño con un dolor terrible. Una escena nada agradable, ¿verdad? Lo triste
es que es más común de lo que crees.
Según cifras de la Organización Panamericana de la Salud, la salmonelosis, las enfermedades gastrointestinales y la infección por Escherichia coli, entre otras, enferman a más de 582 millones de personas en el mundo y matan a más de 350 mil cada año.
Estas enfermedades se deben a la
ingesta de alimentos insalubres como carne animal mal cocida, frutas y
hortalizas contaminadas con heces o pesticidas y mariscos crudos que contienen
biotoxinas marinas. Además, se estima que anualmente una de cada cuatro
personas sufre un episodio de enfermedad transmitida por alimentos en las
Américas. Los niños y niñas, las embarazadas, los inmunosuprimidos y los
adultos mayores son los más vulnerables a este tipo de enfermedades.
Según el portal MedlinePlus, en la mayoría de los casos, el
tratamiento consiste en tomar más líquidos. Para las enfermedades más serias
puede ser necesario hospitalizar al paciente. Todo esto pudo haberse evitado
con una adecuada manipulación y conservación de los alimentos. Ahora bien,
sabiendo el riesgo al que nos exponemos al consumir alimentos en dudoso estado,
¿qué podemos hacer para conservar de forma correcta los alimentos y evitar enfermedades?
La clave está
en la prevención. La higiene y adecuada conservación antes, durante y después de preparar los
alimentos debe ser una norma y un hábito en nuestra vida. Al conservarlos de
una manera apropiada garantizamos que estén aptos para su consumo en
condiciones adecuadas de higiene y preservando sus características organolépticas así como su valor nutritivo.
Es
importante entender que los alimentos se clasifican de acuerdo a su tiempo de duración.
Están los alimentos perecederos,
aquellos que son de corta duración y que, por lo tanto, se descomponen fácilmente.
En este grupo se incluye la leche y sus derivados, huevos, frutas y hortalizas,
comidas preparadas a temperatura ambiente, enlatados una vez abiertos, entre
otros. Con este grupo debemos tener un cuidado especial.
Luego están
los alimentos semiperecederos que son
de mediana duración, y que, en condiciones favorables de almacenamiento, pueden
durar un mayor tiempo. Aquí encontramos los tubérculos, los alimentos congelados
y los enlatados.
Y
finalmente, encontramos los alimentos no
perecederos, que son de larga duración y que no se dañan fácilmente en
condiciones adecuadas de almacenamiento. Están incluidos en este grupo los
cereales (arroz, pasta, avena, harinas), granos o leguminosas, los frutos secos
o nueces (como maní, almendras,etc), el aceite y el azúcar.
Ahora que
hemos entendido como se clasifican los alimentos según su tiempo de duración, pasaremos
a mencionar las medidas que debemos tomar para conservar y guardar alimentos de
manera apropiada:
1.
Conserve refrigerados la leche y sus derivados, frutas, verduras y embutidos.
Esto significa que deben estar a una temperatura menor a 7 °C. De
este modo, se retarda la aparición de microorganismos.
2. Antes
de almacenar las frutas y verduras proceda a limpiarlas y lavarlas de partículas de suciedad o tierra
que puedan contener.
3.Conserve
por mayor tiempo las carnes y el pescado a la temperatura de congelación, es
decir, menor a 2 °C, ya que a esta temperatura se inhibe el
crecimiento bacteriano.
4.
Almacenar los cereales, granos, y azúcar en lugares limpios, secos, cerrados y
ventilados, sobre estantes y nunca directamente en el piso.
5. No
guarde alimentos en el mismo lugar o cerca de donde se colocan los detergentes,
desinfectantes e insecticidas u otros productos químicos.
6.
Refrigere los alimentos preparados que no van a ser consumidos de inmediato en
envases cerrados, de tal forma, que no estén en contacto con alimentos crudos.
7. Al
refrigerar embutidos estos deben ir envueltos en papel film, los enlatados
deben sacarse de la lata y guardarse en otro recipiente hermético y las salsas
deben guardarse tapadas.
Las
bolsas con cierre estilo Ziploc contenedores de diversos tamaños y el papel
film serán tus mejores aliados al momento de conservar tus alimentos en buen
estado.
Con esta guía completa para conservar de forma correcta los
alimentos y evitar enfermedades, te
ahorraras muchos dolores (literalmente) y proporcionaras para ti y los tuyos
alimentos que no solo sean sabrosos y nutritivos, sino, que sean seguros para
su salud. Y tú, ¿tienes algún tip para conservar mejor los alimentos? Compártelo
con la comunidad saludable de ComeMejor en los comentarios.
Fuentes:
Manual para el personal que manipula alimentos. PDVSA
0 comentarios:
Publicar un comentario